quarta-feira, 3 de agosto de 2011

«Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. … Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Rom. 8:26-28).

«Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. … Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Rom. 8:26-28).


Jason Resende

Nenhum comentário:

Postar um comentário